En 2019, Moscú y Kiev firmaron un acuerdo de cinco años que estableció las bases para el suministro de gas a Europa. Este acuerdo, que involucra a Gazprom y Naftogaz, finaliza en diciembre de 2024. A pesar de la crisis del gas, los precios han disminuido y Europa ha reducido su dependencia del gas ruso, pasando del 40% en 2021 al 8% en 2023. Sin embargo, la finalización del acuerdo afectará a países como Hungría, Austria y Eslovaquia, que dependen en gran medida del gas ruso.
Ante la falta de un nuevo acuerdo entre Ucrania y Rusia, Europa está considerando a Azerbaiyán como una alternativa. En 2022, la Unión Europea cerró un acuerdo con Azerbaiyán para duplicar el suministro de gas hasta 2027, principalmente a través de un corredor que pasa por Turquía. Sin embargo, expertos advierten que reemplazar el gas ruso por el azerí podría ser problemático, ya que Azerbaiyán solo podría suministrar alrededor de 2.000 millones de metros cúbicos de gas, un 15% del suministro actual.
Además, el gas azerí aún tendría que transitar por Rusia y Ucrania, lo que podría permitir a Rusia mantener influencia sobre el suministro de gas a Europa. A pesar de que Europa ha acumulado gas natural, un invierno severo podría generar tensiones en los precios de la energía. Las negociaciones entre Ucrania y Azerbaiyán están en curso, pero se espera que un acuerdo no se cierre hasta finales de año.
Imagen: Naftogaz
