La Unión Europea ha establecido que a partir de 2035 se prohibirán las calderas de gas en los edificios, pero en España su uso sigue siendo mayoritario. Aunque el fin de las calderas de gas será progresivo, se espera que para 2040 ya no se utilicen. La alternativa que se propone es la aerotermia y las bombas de calor, que son más eficientes y respetuosas con el medio ambiente. Sin embargo, su instalación es más costosa que la de las calderas de gas. A pesar de esto, la Unión Europea está decidida a apostar por alternativas más ecológicas en el largo plazo. En España, todavía no hay una legislación que prohíba las calderas de gas, pero las Comunidades Autónomas han dejado de conceder ayudas para su instalación. Aunque algunas regiones, como la Comunidad de Madrid, todavía mantienen planes de renovación de calderas de gas. Además, se busca extender el uso de placas solares en los edificios a partir de 2030. En resumen, el futuro de las calderas de gas en España es incierto, pero se espera que su uso disminuya gradualmente en favor de alternativas más sostenibles.