Malcolm es una de las sitcoms más queridas de la televisión, pero su camino al éxito no fue sencillo. Inicialmente, su tono y estilo desconcertaron a los productores, y una cadena incluso se deshizo de ella antes de estrenar el piloto. Durante su desarrollo, el proyecto era difícil de vender y los ejecutivos desconfiaban de su potencial. Linwood Boomer rodó varios episodios sin una cadena que respaldara la serie, y su estilo narrativo disruptivo, con experimentaciones monocámara, generaba dudas sobre su audiencia.
En un momento dado, Boomer encontró un hogar para su proyecto en UPN, una cadena asociada a una audiencia joven y afroamericana. Sin embargo, UPN decidió no continuar con la serie debido a preocupaciones demográficas. A pesar de esto, Gail Bergman, productora de Regency Television, creyó en el proyecto y capturó el interés de Doug Herzog, jefe de Fox en ese momento.
Herzog se enamoró del proyecto y lanzó una agresiva campaña de marketing meses antes del estreno. La premiere de ‘Malcolm’ atrajo a 23 millones de espectadores, convirtiéndose en la segunda más vista en la historia de Fox. La serie no solo triunfó en su estreno, sino que mantuvo su audiencia, gracias en parte a la astuta decisión de programación de Herzog, que colocó el piloto entre ‘Los Simpson’ y ‘Expediente X’.
Hoy en día, el estilo audaz de ‘Malcolm’ ha influido en muchas series modernas como ‘Parenthood’ y ‘Modern Family’. Su legado perdura, demostrando que a veces, lo experimental puede convertirse en un fenómeno cultural.
Imagen: Espinof