El escándalo financiero y el liderazgo nocivo han llevado a Toshiba a dejar de cotizar en bolsa y a enfrentarse a un futuro incierto. Después de años de maquillaje contable y presuntas irregularidades, la reputación de la empresa se ha visto seriamente dañada. A pesar de los intentos de reorganización y venta de divisiones, Toshiba ha seguido enfrentando problemas, como la bancarrota de Westinghouse y nuevas irregularidades contables. Finalmente, en 2022, el consejo de administración aceptó una oferta pública de adquisición de 14.500 millones de dólares. Ahora, la compañía se encuentra en manos de nuevos dueños y se plantea cuál será su estrategia a largo plazo. Aunque Toshiba sigue siendo una empresa importante en Japón, con presencia en sectores como la energía, la electrónica y los semiconductores, su futuro es incierto. Se espera que el CEO se enfoque en servicios digitales de alto margen. El eclipse de Toshiba marca el fin de una era para el gigante japonés.