Groenlandia está experimentando un rápido declive en su hielo continental, lo que ha llevado a un aumento en el área vegetada en la región. Sin embargo, este fenómeno no es una buena noticia, ya que el deshielo se está acelerando debido al aumento de las temperaturas. El suelo rocoso expuesto ha sido colonizado por la flora de la tundra y los matorrales, mientras que el agua liberada por el hielo derretido ha formado humedales y marismas. Este proceso de deshielo se retroalimenta, lo que significa que cuanto más hielo se pierde, más fácilmente puede desaparecer el resto. Además, la pérdida de las regiones blancas de nuestro planeta, como los polos, ha llevado a un aumento en la absorción de radiación solar, lo que calienta aún más la Tierra y acelera el derretimiento del hielo. Aunque la vegetación puede capturar dióxido de carbono, también se libera metano, otro gas de efecto invernadero. Estos cambios en Groenlandia son un claro indicador del impacto del cambio climático en nuestro planeta.