El permafrost, una capa de suelo helado que cubre el 22% de la Tierra, se está descongelando debido al calentamiento global. Esto tiene consecuencias catastróficas para el clima y la vida en el planeta. El permafrost contiene grandes reservas de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano, que podrían liberarse y acelerar el calentamiento global. Además, el descongelamiento del permafrost también puede despertar microorganismos peligrosos que han estado congelados durante miles de años. Los científicos advierten que el Ártico sufrirá un calentamiento entre dos y tres veces mayor que la media mundial, lo que provocará olas de calor más frecuentes y efectos indirectos como incendios forestales y plagas de insectos. El deshielo del permafrost es considerado uno de los diez problemas emergentes más preocupantes para el medio ambiente. Además, el permafrost actúa como un almacén de carbono, por lo que su desaparición sería trágica para la Tierra. El permafrost se está descongelando más rápido de lo previsto, lo que puede provocar la inestabilidad del terreno y daños en infraestructuras. Es necesario tomar medidas urgentes para frenar el deshielo del permafrost y mitigar sus efectos en el clima y la vida en la Tierra.
Imagen | Sport