El término ‘vida eterna’ ha generado debate debido a su imposibilidad física en nuestro universo. Sin embargo, el investigador Stephen Cave plantea objeciones éticas a esta idea en su libro ‘¿Elegirías vivir para siempre?’. Argumenta que el aumento de la esperanza de vida podría ejercer presión sobre los recursos del planeta y crear desigualdades entre una élite que pueda permitirse tratamientos de prolongación de vida y el resto de la población. Por otro lado, defensores como John Davis sostienen que la desigualdad no debería ser un obstáculo para aprovechar los avances científicos y que se podrían implementar medidas como el control de la natalidad para evitar la superpoblación. Además, Brian Patrick Green destaca aspectos éticos a considerar, como los límites ecológicos y la posibilidad de una sociedad aversa al riesgo. Otros argumentos en contra incluyen la justicia, la dimensión relacional y la búsqueda de realización. A pesar de las objeciones, la investigación científica continúa en busca de la ‘vida eterna’, con la esperanza de que los avances puedan mejorar la calidad de vida para todos. El debate plantea cuestiones morales y legales sobre la obligación de extender la vida en un mundo de longevidad. Aunque la posibilidad de vivir para siempre sigue siendo un desafío científico, la financiación y los avances en investigación podrían llevar a mejoras en la esperanza y calidad de vida en el futuro.
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