Pasar las vacaciones en un crucero es el sueño de muchos, pero lo que ocurrió con el Carnival Triumph es una pesadilla. Este barco, que operó como Carnival Sunrise desde 2019, se convirtió en un símbolo de desastre en 2013. El 10 de febrero, un incendio en la sala de máquinas dejó a 3.413 pasajeros y 1.086 tripulantes a la deriva, sin propulsión y con sistemas fallidos.
El incendio, causado por una fuga de combustible, no comprometió la estructura del barco, pero resultó en una crisis. A pesar de los intentos de la tripulación por restablecer el suministro eléctrico, los pasajeros enfrentaron condiciones inhumanas. Sin aire acondicionado y con un sistema de desechos colapsado, los inodoros comenzaron a desbordarse, creando un ambiente insalubre.
Durante siete días, los pasajeros vivieron una experiencia aterradora, durmiendo en las cubiertas y rodeados de desechos. La situación se volvió tan crítica que algunos pasajeros se vieron obligados a usar mantas y sombrillas como refugio. Las imágenes de esta odisea son impactantes, mostrando la realidad de un viaje que se tornó en una auténtica pesadilla.
Finalmente, el 14 de febrero, el Triumph llegó al puerto de Mobile, Alabama, tras ser remolcado. Las compensaciones ofrecidas por la compañía no fueron suficientes para calmar la indignación de los pasajeros, muchos de los cuales demandaron a Carnival por las condiciones extremas que vivieron. Esta historia se ha convertido en un recordatorio de que, a veces, las vacaciones pueden convertirse en una experiencia inolvidable, pero por las razones equivocadas.
