El desarrollo de la IA, las fábricas de baterías y el coche eléctrico están generando una demanda de electricidad sin precedentes. Esto está sobrecargando las redes eléctricas y poniendo en peligro los objetivos climáticos. En Estados Unidos, los centros de datos y la expansión de la IA están saturando la débil red eléctrica, especialmente en estados como Georgia y Texas. Además, se espera que los vehículos eléctricos representen el 10% de la demanda máxima de energía en California. Para satisfacer esta demanda, se necesitará una inversión de miles de millones de dólares en infraestructura de carga y plantas de energía. Sin embargo, la burocracia y los obstáculos para la instalación de energías renovables dificultan la transición hacia fuentes de energía más limpias. Es necesario aliviar los trámites, construir más líneas de transmisión de alto voltaje y limitar el número de centros de datos y fábricas en un mismo estado. Todo esto requerirá una inversión significativa, que probablemente recaerá en el contribuyente.