Argentina, conocida por ser uno de los mayores productores de carne vacuna del mundo, está experimentando una caída en el consumo local. Según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), en lo que va de 2024, el consumo de carne vacuna ha alcanzado su cifra más baja en los últimos 30 años. En marzo, el consumo per cápita de carne vacuna fue de 42,6 kilos por año, lo que representa una disminución significativa en comparación con el año pasado.
Esta caída en el consumo se debe principalmente a la pérdida de poder adquisitivo del salario de los argentinos. La carne de pollo y cerdo se han vuelto más económicas en comparación con la carne vacuna, lo que ha llevado a que las personas opten por estas opciones más asequibles. Aunque el precio de las carnes y sus derivados ha aumentado, el incremento ha sido menor que la inflación general.
Además de los cambios en los hábitos de consumo, también se ha observado un aumento en el consumo de proteínas vegetales en Argentina. Aunque un 70% de la población sigue siendo carnívora, hay un porcentaje creciente de personas que están disminuyendo su consumo de productos cárnicos y optando por alimentos de origen vegetal.
Esta disminución en el consumo de carne vacuna ha tenido un impacto en la actividad del sector. La faena de hacienda vacuna ha experimentado una caída significativa en los últimos meses, debido en parte a las condiciones climáticas adversas de los últimos años. Sin embargo, a pesar de esta situación, Argentina sigue siendo uno de los mayores consumidores y exportadores de carne vacuna a nivel mundial.
Imagen: CNN