El general de división, Vadym Skibitsky, afirma que el conflicto en Ucrania es una guerra que probablemente terminará en una mesa de negociaciones. Aunque las fuerzas defensoras logren expulsar a los atacantes hasta las fronteras, eso no sería el fin de la agresión rusa, admite el militar ucraniano. Las negociaciones podrían comenzar dentro de un año, ya que «para entonces, Rusia se enfrentará a serios vientos en contra». Skibitsky también menciona que en 2026 Moscú alcanzará el pico de su producción de armamento debido a la falta de materiales e ingenieros.
En el frente oriental, la situación es complicada para Ucrania en los próximos dos meses. Skibitsky predice que el impulso principal de la ofensiva rusa se producirá entre finales de mayo y principios de junio. Los combates feroces se suceden en varias áreas estratégicas, como Ocheretyne y Chasiv Yar. Moscú mantiene su objetivo de tomar por completo las regiones de Lugansk y Donetsk. Skibitsky afirma que probablemente Chasiv Yar terminará en manos rusas, dependiendo de las reservas y suministros de Ucrania.
En el norte de Ucrania, las regiones de Járkov y Sumy sufren ataques y bombardeos diarios. Aunque hay rumores de una eventual ofensiva directa sobre Járkov, el liderazgo militar ucraniano y los funcionarios occidentales creen que por el momento no será posible que Moscú realice un movimiento de tal calibre. Sin embargo, esto depende de la solidez de las defensas ucranianas en el Dombás. Según la inteligencia de Kiev, actualmente Moscú tiene estacionados alrededor de 35.000 efectivos cerca de Járkov, pero ese número podría aumentar hasta los 50.000 o incluso los 70.000 efectivos. Las autoridades de Ucrania estiman que hay entre 510.000 y 513.000 militares rusos estacionados en Ucrania.
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