Un puerto inactivo de Corea del Norte cerca de la frontera con Rusia ha vuelto a la vida, alimentando lo que los expertos dicen es un floreciente comercio de armas destinadas a las líneas del frente en Ucrania que al mismo tiempo está impulsando la anémica economía administrada por Kim Jong Un. Las imágenes satelitales del puerto de Najin tomadas de octubre a diciembre muestran un flujo constante de barcos en las instalaciones, cientos de contenedores cargándose y descargando y vagones listos para transportar mercancías. La actividad parece haber aumentado desde principios de octubre, cuando Estados Unidos acusó a Corea del Norte de enviar municiones a Rusia. La Casa Blanca proporcionó imágenes que, según dijo, mostraban armas siendo entregadas a miles de kilómetros de distancia a un depósito en la ciudad rusa de Tikhoretsk para su uso en Ucrania. El flujo de municiones que, según Estados Unidos y Corea del Sur, incluye cientos de miles de proyectiles de artillería, podría adquirir una importancia mucho mayor a medida que las divisiones en el Congreso de Estados Unidos y la Unión Europea sobre la ayuda militar amenazan la capacidad de Kiev para repeler la invasión del presidente ruso Vladimir Putin. Pyongyang, a quien se le ha prohibido la venta de armas durante unos 15 años, ha rechazado repetidamente las acusaciones de que está suministrando armas a Rusia. El análisis de los datos satelitales sugiere lo contrario. En un ejemplo reciente, una imagen del 9 de diciembre parece mostrar el buque portacontenedores ruso Angara, sancionado por Estados Unidos, en el puerto de Najin descargando carga mientras contenedores de Corea del Norte esperan ser cargados en un muelle adyacente. A medida que se recupera el comercio entre Corea del Norte y Rusia, el flujo de ayuda militar estadounidense a Kiev se ve cada vez más amenazado, y el Pentágono dice que se quedará sin dinero para reemplazar las armas enviadas a Ucrania antes del 30 de diciembre, a menos que el Congreso apruebe fondos adicionales. Eso es poco probable ahora que la mayoría de los legisladores están fuera de Washington durante las vacaciones de fin de año. Con un estancamiento efectivo en el campo de batalla, el Kremlin confía cada vez más en que Rusia pueda consolidar su control sobre las regiones ocupadas del este y sur de Ucrania y esperar a que se erosione el apoyo internacional a Ucrania. Putin dijo este mes que “habrá paz cuando logremos nuestros objetivos”.
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