El cambio climático y la propagación de la Xylella fastidiosa: un riesgo creciente para los cultivos mediterráneos

Las intensas sequías, los graves incendios y el aumento del nivel del mar son solo algunas de las consecuencias del cambio climático. Sin embargo, también afecta a los microorganismos y especies vegetales. La Xylella fastidiosa, una bacteria que causa enfermedades mortales en plantas, se beneficia del calentamiento global. Investigadores del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (IFISC), del CSIC y la Universitat de les Illes Balears (UIB), han estudiado su propagación durante los últimos 20 años.

Un estudio publicado en Scientific Reports revela que un aumento de más de 3 grados en la temperatura media del planeta sería un “punto de inflexión en el riesgo” de expansión de la bacteria. Esta afecta a olivos, almendros y viñedos en los países mediterráneos. El clima determina el área de estas enfermedades, y una temperatura favorable potencia los brotes epidémicos. Según el científico Manuel Matías, del IFISC-CSIC-UIB, el cambio climático impulsa la distribución de enfermedades en plantas a nivel mundial.

Hasta hace diez años, la Xylella fastidiosa no se había detectado en Europa y se consideraba un patógeno exclusivo del continente americano. En EEUU, ha generado importantes pérdidas en el sector vitivinícola. Las plantas infectadas producen pocos frutos y de baja calidad, y pueden morir en pocos años. En Europa, los insectos del grupo de los cicádidos son el principal vector transmisor. La rápida propagación de la enfermedad ha destruido cultivos en Italia y ha obligado a arrancar miles de almendros en Baleares y Alicante.

El cambio climático es uno de los mayores retos para la política agrícola de la Unión Europea. Conocer qué sucederá en ciertas regiones es crucial para tomar mejores decisiones y prevenir el impacto de la enfermedad en los cultivos. Los científicos han cuantificado el riesgo de infección de la bacteria a distintas escalas. En un escenario con un aumento de temperatura de 1.5 grados, Portugal y Grecia enfrentan el mayor riesgo de contagio. Con 4 grados más, el riesgo se eleva significativamente. Francia e Italia también experimentarían un riesgo relevante, aunque menor. En España, el riesgo se mantendría similar a los niveles actuales.

Las zonas con denominación de origen, como el Penedés en España, estarían en serio riesgo con un aumento de más de 2 grados. La nueva información permitirá gestionar mejor los recursos destinados a prevención, priorizando las áreas según su porcentaje de riesgo de infección. Así, Europa puede tomar decisiones y estrategias eficaces para mitigar los riesgos que plantea la enfermedad de Pierce, salvaguardando el futuro de la viticultura frente al cambio climático.

Imagen: infobae

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