El calor extremo se ha convertido en una amenaza letal para la humanidad, como lo demuestra la trágica historia de Philip Kreycik, un corredor de ultramaratones que perdió la vida en un día caluroso en California. A pesar de estar en buena forma, Kreycik no pudo sobrevivir a las altas temperaturas y la falta de hidratación. Este caso resalta cómo el calor extremo puede convertir actividades cotidianas en situaciones mortales.
Las olas de calor son cada vez más frecuentes y severas debido a la crisis climática. En el verano de 2021, se registraron muertes en diversas situaciones, desde conciertos hasta peregrinaciones. El calor extremo es el tipo de clima más letal, y su impacto se ve agravado por la humedad, que puede llevar a condiciones de supervivencia crítica.
Los científicos están investigando cómo el calor afecta al cuerpo humano. En cámaras ambientales, se simulan condiciones extremas para estudiar la respuesta del organismo. La combinación de altas temperaturas y humedad puede desactivar los mecanismos de enfriamiento del cuerpo, provocando deshidratación y agotamiento. Los síntomas iniciales incluyen náuseas y calambres, que pueden escalar rápidamente a un golpe de calor, una condición potencialmente mortal.
El golpe de calor se produce cuando el cuerpo no puede regular su temperatura, lo que puede llevar a daños cerebrales permanentes. A medida que el calentamiento global avanza, se prevé que más personas se expongan a condiciones de calor extremo, especialmente en regiones densamente pobladas y con poco acceso a aire acondicionado.
La Organización Mundial de la Salud estima que el calor causa alrededor de 489.000 muertes al año, aunque el número real podría ser mayor. La amenaza del calor es insidiosa, ya que no deja un rastro visible de destrucción, pero su impacto en la salud humana es devastador. Es crucial tomar conciencia de esta amenaza y actuar para mitigar sus efectos.
Imagen: CNN