El amor de la Administración Pública española por los PDFs: ¿Un obstáculo para la transparencia?

En el discurso político cotidiano, conceptos como Administración Electrónica, accesibilidad y transparencia son comunes. Sin embargo, la realidad a menudo difiere de las palabras. Un ejemplo claro es el uso excesivo de documentos PDF por parte de la Administración Pública española, lo que puede perjudicar la accesibilidad y la transparencia.

El ciberactivista Jaime Gómez-Obregón, conocido por su lucha contra la opacidad gubernamental, ha abordado este tema en X. Según él, la diferencia entre datos estructurados y desestructurados es crucial. Explica que los datos estructurados son aquellos que salen de Excel, mientras que los desestructurados provienen de Word.

Gómez-Obregón denuncia que los gobiernos suelen publicar información en PDF, complicando el análisis y la reutilización de los datos. Un ejemplo es la lista de bienes inmatriculados por la Iglesia, publicada inicialmente en un PDF de más de 5000 páginas. Solo después de la presión pública, el gobierno decidió publicarla en un formato estructurado.

El ciberactivista también destaca que desestructurar datos es fácil, pero estructurarlos de nuevo puede ser extremadamente complejo. En su portal ‘gobiernovasco.marketing’, ha logrado convertir datos desestructurados en PDF a un formato estructurado como JSON.

Gómez-Obregón subraya tres puntos clave que los funcionarios deben tener claros: PDF no es un contenedor para datos, no es un documento estructurado y no es un formato web. A pesar de las críticas, los poderes públicos siguen utilizando PDFs, incluso compuestos de imágenes escaneadas, lo que obliga a recurrir a herramientas OCR.

El ‘Principio de Hanlon’ sugiere que no se debe atribuir a la maldad lo que se explica por la estupidez, pero en este caso, podría ser un boicot a la transparencia de la Administración.

Imagen: Marcos Merino mediante IA

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