Dubái sufrió el aguacero más brutal de su historia, con la misma cantidad de agua que en todo un año. Las calles se convirtieron en ríos y el aeropuerto tuvo que cancelar vuelos. La infraestructura no estaba preparada para desalojar tanta agua. Los expertos atribuyen estos fenómenos al cambio climático y el calentamiento global. Aunque se ha mencionado la siembra de nubes como posible causa, el Centro Nacional de Meteorología lo ha negado. Se espera que las precipitaciones aumenten en los próximos años, por lo que será necesario mejorar la infraestructura vial.
Imagen: Motorpasión