En noviembre de 1970, Madrid vivió un accidente nuclear que afectó al río Manzanares y al Jarama. A pesar de la gravedad del incidente, el régimen franquista trató de ocultarlo. Parte de los desechos radiactivos se filtraron al alcantarillado y llegaron al río, contaminando el agua y los sedimentos. Aunque las autoridades aseguraron que no había consecuencias graves a largo plazo, se detectaron altos niveles de radiactividad en varias zonas. El accidente fue descubierto un sábado, pero los técnicos decidieron marcharse a casa y no retomar las actividades hasta el lunes siguiente. El régimen franquista guardó silencio sobre el incidente, al igual que había hecho en otros accidentes nucleares anteriores. El accidente de Madrid ocurrió solo unos años después del famoso incidente de Palomares en Almería. A pesar de las visitas a los propietarios de huertas y fincas afectadas, el régimen no proporcionó explicaciones claras sobre lo ocurrido. Aunque no se tiene constancia de que el vertido radiactivo haya afectado a la población, en 2018 se incluyeron en un listado de localizaciones con presencia de radiactividad las zanjas conocidas como Banquetas del Jarama. Este accidente nuclear en Madrid es uno de los más importantes registrados en España y demuestra la falta de transparencia del régimen franquista en temas de seguridad nuclear.
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