Estados Unidos ha iniciado una guerra comercial contra China y busca que sus aliados europeos se unan a esta causa. La Secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet L. Yellen, advirtió sobre los riesgos de no responder estratégicamente a la política industrial china. Durante su discurso en la Escuela de Finanzas y Gestión de Fráncfort, Yellen destacó que la viabilidad de las empresas globales podría estar en peligro si no se actúa de manera unida.
Yellen subrayó la necesidad de que Estados Unidos y Europa trabajen juntos para contrarrestar el exceso de capacidad industrial de China. Las exportaciones chinas baratas representan una amenaza significativa para la economía mundial. La producción masiva de tecnologías verdes, como paneles solares y coches eléctricos, ha generado preocupación tanto en EE.UU. como en Europa.
El gobierno de Biden teme que sus esfuerzos por fomentar la fabricación local de tecnologías de nueva generación se vean socavados por la producción china. En respuesta, EE.UU. ha impuesto aranceles elevados a productos chinos, incluyendo un 100% sobre los coches eléctricos. Europa, aunque preocupada, enfrenta una situación más compleja debido a su mayor dependencia comercial de China.
Europa teme que China repita con los coches eléctricos lo que hizo con los paneles solares, inundando el mercado con productos a precios bajos. Aunque Europa planea aumentar los aranceles a los coches chinos, la interconexión comercial con China complica la situación. Un 37% de las importaciones de coches eléctricos en Europa provienen de China, incluyendo marcas occidentales que fabrican allí.
La industria automotriz europea es crucial, empleando a casi 14 millones de personas y generando un superávit comercial significativo. Para mantener su competitividad, Europa podría considerar medidas similares a las tomadas con las bicicletas eléctricas, imponiendo fuertes impuestos a quienes no juegan limpio.
Imagen: Motorpasión
