La mayoría de los millonarios son fundadores o herederos de grandes empresas, pero hay una élite que se ha hecho milmillonaria dirigiéndolas. Steve Ballmer es el máximo representante de este grupo, habiendo entrado a Microsoft por amistad con Bill Gates y luego convirtiéndose en CEO. Otros directivos que se han hecho milmillonarios por contrato incluyen a Tim Cook de Apple y Lisa Su de AMD. Estos directivos negociaron paquetes de acciones en sus contratos, lo que les permitió acumular fortunas de miles de millones de dólares. Aunque algunos ya no ocupan puestos directivos, como Eric Schmidt de Google, su fortuna sigue creciendo. En resumen, ser millonario no solo depende de fundar una empresa, sino también de dirigirla con éxito y negociar un contrato favorable.