Albert Einstein es conocido como uno de los físicos más importantes de la historia, pero su reputación como mal estudiante es un mito. A lo largo de su vida académica, Einstein demostró ser un alumno excepcional, especialmente en matemáticas. En sus exámenes parciales de octubre de 1898, logró una media de 5,7 sobre 6, destacándose como el mejor de su clase en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich.
Desde su infancia, Einstein mostró una curiosidad insaciable, pero también un carácter rebelde que lo llevó a rechazar la autoridad. Esta actitud le valió la fama de insolente durante sus años en Múnich. Sin embargo, su inteligencia y capacidad intuitiva eran innegables. A pesar de algunos tropiezos, su rendimiento académico fue sobresaliente, y muchos de sus profesores, como Heinrich Weber, reconocieron su talento.
El mito de que Einstein era un mal estudiante proviene de una mala interpretación de su vida académica. En realidad, dominaba el cálculo diferencial e integral a una edad temprana y obtuvo calificaciones sobresalientes en matemáticas y física. Aunque suspendió algunas materias no científicas en su primer intento de acceso a la universidad, su rendimiento en las asignaturas relevantes fue tan impresionante que Weber lo invitó a asistir a sus clases como oyente.
Finalmente, Einstein se graduó con una nota de 4,9, que, aunque no es excepcional, refleja su desinterés por los temas que no le apasionaban. Su trabajo de graduación, que no fue de su agrado, resultó en calificaciones más bajas, pero esto no empañó su brillantez como estudiante. En resumen, Einstein siempre fue un estudiante destacado, y su reputación como mal estudiante es un mito que merece ser corregido.
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