Recientemente, un equipo de investigadores de la Universidad de Pekín ha realizado un descubrimiento fascinante sobre la evolución de las semillas aladas. Este hallazgo, publicado en la revista eLife, se centra en una de las semillas aladas más antiguas conocidas, llamada Alasemenia, que data de hace aproximadamente 365 millones de años. Este descubrimiento proporciona información valiosa sobre los orígenes y la evolución de las estrategias de dispersión por el viento en las plantas.
Durante el período Fammenniano, las plantas comenzaron a desarrollar semillas, lo que marcó un cambio significativo en su reproducción. Sin embargo, las primeras plantas no podían dispersarse por el viento, lo que limitaba su expansión. Con el tiempo, las semillas aladas evolucionaron como una estrategia eficiente para aumentar las posibilidades de germinación en nuevos espacios. Este tipo de dispersión es común en árboles como el arce y los pinos, cuyas semillas están adaptadas para aprovechar el viento.
El estudio revela que las semillas de Alasemenia tienen tres alas, lo que les otorga una ventaja en la dispersión. Los investigadores utilizaron análisis matemáticos para demostrar que estas semillas están mejor adaptadas a la dispersión por el viento en comparación con otras semillas aladas primitivas. Este hallazgo no solo amplía nuestro conocimiento sobre la evolución de las plantas, sino que también plantea nuevas preguntas sobre cómo se desarrollaron estas adaptaciones.
El equipo de investigación se aventuró a la mina Jianchuan en China, donde previamente se habían encontrado semillas fosilizadas. Al recolectar muestras, descubrieron semillas desconocidas que, tras un análisis detallado, resultaron ser las Alasemenia. Este descubrimiento subraya la importancia de la investigación paleobotánica para entender la historia evolutiva de las plantas y su adaptación a diferentes entornos.
Imagen: PXHere, eLife