La Asamblea General de la ONU ha comenzado con un trasfondo de tensiones en Oriente Próximo, especialmente por los recientes bombardeos israelíes en Líbano. Este contexto se agrava a medida que se aproxima el primer aniversario de la guerra en Gaza. Durante su discurso, el presidente de EE.UU., Joe Biden, enfatizó que una guerra a gran escala no beneficia a nadie y que su país está comprometido a evitar la expansión del conflicto.
Sin embargo, la situación se complica con los ataques entre Israel y Hizbolá. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió que Gaza representa una pesadilla que podría arrastrar a toda la región, haciendo un llamado a la comunidad internacional para que no se permita que Líbano se convierta en otra Gaza.
La preocupación por la escalada de violencia ha sido compartida por varios líderes mundiales. Arabia Saudí y Turquía han expresado su alarma, mientras que el responsable de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, también mostró su inquietud. Además, el ministro de Exteriores de Francia ha solicitado una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU.
Entre los asistentes a la Asamblea General se encuentran el primer ministro de Líbano, Najib Mikati, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quienes buscarán apoyo diplomático en medio de la crisis. También se espera la intervención del presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, quien ha sido criticado por su apoyo a Hizbolá.
La situación en Líbano es crítica, y muchos líderes mundiales están atentos a cómo se desarrollarán los acontecimientos en esta Asamblea General de la ONU.
Imagen: AFP