La cúrcuma es una especia originaria del sudeste asiático, famosa por sus propiedades medicinales y su uso en la cocina, especialmente en el curry. Sin embargo, su consumo, especialmente en forma de suplementos, puede conllevar ciertos riesgos para la salud.
Uno de los efectos secundarios más comunes es el malestar estomacal. Aunque la cúrcuma es segura en cantidades moderadas, los suplementos con dosis altas de curcumina pueden causar náuseas, diarrea y gases. Esto se debe a que la curcumina puede aumentar la producción de ácido gástrico, lo que puede agravar problemas digestivos existentes.
Otro riesgo importante es el adelgazamiento de la sangre. La curcumina tiene propiedades anticoagulantes que pueden aumentar el riesgo de sangrado, especialmente en personas que ya toman medicamentos anticoagulantes. Por lo tanto, es crucial consultar a un médico antes de incorporar la cúrcuma a la dieta si se está bajo tratamiento con estos medicamentos.
Además, el consumo excesivo de cúrcuma puede estimular las contracciones uterinas, lo que representa un riesgo para las mujeres embarazadas. Aunque el uso culinario es generalmente seguro, se recomienda precaución con los suplementos.
Por último, se han registrado casos de hepatitis asociados con el uso de suplementos de cúrcuma en Francia. La inflamación del hígado puede causar síntomas graves, lo que ha llevado a las autoridades a advertir sobre su uso. Es fundamental estar informado sobre estos riesgos y consultar a un profesional de la salud antes de iniciar cualquier suplemento.
Imagen: infobae
