En mayo, Europa registró 226.000 matriculaciones de vehículos eléctricos enchufables, un 10% menos que el año anterior. Esta caída es la más pronunciada en el mercado del automóvil, según la Comisión Europea. Se prevé que la introducción de aranceles a la importación afecte significativamente la dinámica del mercado.
En España, el mercado de vehículos electrificados retrocedió un 11,5% en junio, representando solo el 9,5% del total de ventas. Durante el primer semestre, las ventas sumaron 60.734 unidades, un 1,5% menos que el año anterior. Este retroceso es preocupante, ya que se esperaba un crecimiento para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones.
A pesar de ser uno de los países con menor penetración de coches eléctricos, la situación es similar en otros países europeos. Fabricantes como Mercedes-Benz y Volkswagen han comenzado a ajustar sus planes de producción debido a la baja demanda. Mercedes-Benz continuará vendiendo vehículos de combustión hasta bien entrada la década de 2030, mientras que Volkswagen ha decidido no adelantar la expansión de sus modelos eléctricos.
La crisis no solo afecta a los fabricantes europeos. Tesla ha excluido su objetivo de fabricar 20 millones de vehículos eléctricos al año para 2030. Ford y General Motors también han revisado sus proyecciones de producción, mientras que la startup Fisker se declaró en quiebra.
En el ámbito de las baterías, empresas como Northvolt y Automotive Cells Company han suspendido sus planes de expansión debido a la caída de la demanda. En Alemania, ZF anunció una reestructuración que implicará 14.000 despidos, mientras que en Francia, Valeo busca compradores para sus fábricas.
En España, el parque automovilístico sigue dominado por vehículos diésel, con más de 17 millones en circulación. Solo el 0,6% del total son eléctricos. La falta de accesibilidad económica para las clases medias es un obstáculo para la electrificación, y se estima que en 2030 España no alcanzará el millón de coches electrificados.
Imagen: F.P.
