Las palomas son un elemento común en las ciudades, pero pueden suponer un problema de salud pública. Sus excrementos son corrosivos y peligrosos para la salud. En Barcelona, la población de palomas es un problema considerable. Para controlarla, se ha optado por el uso de pienso anticonceptivo.
El pienso anticonceptivo es una alternativa ética a la caza y exterminio de palomas. Contiene hormonas y antibacterianos que impiden la natalidad sin causar sufrimiento. Este método ha sido adoptado por varios municipios, incluyendo Barcelona, donde se instalaron dispensadores en 2017. Estos dispensadores lanzan pienso en un radio de hasta dos metros a una hora programada.
En Barcelona, la población de palomas se redujo en un 52% en 2018 y se espera una reducción del 71,5% para 2022. Sin embargo, la efectividad del pienso anticonceptivo es cuestionada por algunos. La Associació d’Empreses de Control de Plagues de Catalunya afirma que el producto no está registrado para el control de la población y que su efectividad es dudosa.
Además, hay preocupaciones sobre los riesgos para otras especies, como los gorriones. Aunque se asegura que el tamaño de los granos impide que pájaros más pequeños los ingieran, esto no es completamente seguro. A pesar de las controversias, otros ayuntamientos, como el de Rubí, también han comenzado a utilizar nicarbacina para controlar la población de palomas.
Imagen: Ayuntamiento de Barcelona