A finales de la década de los 80, Rod Shields, un apasionado de los coches, descubrió que la DVLA (Driver and Vehicle Licensing Agency) permitía personalizar las matrículas en Reino Unido. Tras informarse, registró y compró una matrícula personalizada con la inscripción «4VBF» por 120 libras (unos 143 euros al cambio). Poco después, la revendió por 3.000 libras, lo que le permitió realizar el 25% de depósito para comprar una casa de tres dormitorios.
Shields, ahora un promotor inmobiliario de éxito de 60 años, atribuye parte de su fortuna a la compraventa de matrículas personalizadas. A lo largo de los años, este negocio secundario le ha proporcionado ingresos que ha utilizado para financiar la compra de inmuebles. Una de sus matrículas más rentables fue «BE57APP», que le generó más de 3.000 libras esterlinas.
Actualmente, Shields mantiene su negocio de matrículas personalizadas a través de su empresa UBR Plates. Se inspira en noticias y datos curiosos para encontrar matrículas con potencial de revalorización. Por ejemplo, compró la matrícula «UG03RGE» (you George) relacionada con George Michael por 400 libras y la vendió por casi 3.000 libras.
En España, las matrículas personalizadas no están permitidas, pero en países como Estados Unidos, Bélgica y Alemania sí lo están. Estas matrículas deben cumplir ciertos requisitos y pueden transferirse entre vehículos. En Reino Unido, el negocio de las matrículas personalizadas ha crecido, con precios que oscilan entre 877 y 3.225 libras en subastas oficiales. La matrícula más cara vendida fue «25 O» por 400.000 libras en 2014. Un 17% de los pujadores en subastas ven estas matrículas como una inversión, lo que convierte a Rod Shields en un visionario en este lucrativo mercado.
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