Un equipo de investigadores de la Universidad de Alicante ha diseñado un método para reducir la presencia de acrilamidas en las patatas fritas. Estas moléculas son las principales responsables del sabor y color de las patatas fritas, pero conllevan un riesgo para la salud. El mecanismo que han diseñado se basa en introducir un compuesto en el aceite en el que se fríen estas verduras. Los investigadores consiguieron reducir notablemente la presencia de acrilamidas en el producto final sin afectar al sabor ni al color de la patata. Aunque aún no se puede aplicar en la producción industrial, estos resultados son prometedores para el futuro de las patatas fritas. Además, estudios como este podrían reivindicar el valor de las patatas como alimento clave en la gastronomía.
Imagen: Gilly