Implementar una jornada laboral de 4 días puede ser beneficioso para los empleados y la empresa, siempre y cuando se realice de manera adecuada. Según un artículo de Harvard Business Review, es importante tener en cuenta algunos factores críticos para lograr el éxito. En primer lugar, existe una relación no lineal entre las horas trabajadas y la productividad, por lo que trabajar menos horas no necesariamente implica una disminución en los resultados. Además, las jornadas laborales más cortas se asocian con un aumento en el bienestar de los empleados y una disminución en errores y lesiones laborales. Para implementar una jornada laboral de 4 días de manera exitosa, es necesario realizar un rediseño sustancial del trabajo, eliminando tareas administrativas innecesarias y priorizando el trabajo de alto impacto. También es importante definir claramente los objetivos y resultados deseados, revisar las reuniones para evitar el tiempo improductivo y adoptar la comunicación asincrónica para evitar interrupciones. Además, se recomienda detener, automatizar o subcontratar tareas no prioritarias. Es fundamental que los empleados acepten que se les pide producir la misma cantidad en menos horas, por lo que se sugiere realizar un período de prueba para evaluar la viabilidad de reducir el tiempo de trabajo sin afectar la producción. La implementación de una jornada laboral de 4 días también puede revelar problemas organizacionales en comunicación, confianza, ineficiencias laborales y barreras a la productividad. Pequeños cambios en los hábitos de trabajo, como bloquear el calendario, apagar los teléfonos móviles durante ciertos períodos de tiempo y programar el trabajo más duro en momentos de mayor productividad, pueden ayudar a mejorar la eficiencia. En resumen, implementar una jornada laboral de 4 días exitosa requiere un enfoque consciente y un rediseño del trabajo para garantizar que se mantengan los resultados comerciales mientras se mejora el bienestar de los empleados.