El llanto recurrente, el rechazo al bebé y el estado de ánimo bajo son señales de alarma en una madre reciente. Tras nueve meses de espera, el nacimiento del bebé puede no ser como se esperaba. La madre puede experimentar decaimiento, tristeza, problemas de sueño y alimentación, y dificultad para vincularse con el bebé. Estos son síntomas de la depresión postparto, que afecta al 14% de las mujeres, según un informe de Conecta Perinatal.
La psicóloga Pilar Conde de Clínicas Eva explica que la depresión postparto puede deberse a factores neuroquímicos, cambios hormonales y dificultades de adaptación. La depresión maternal puede afectar negativamente al desarrollo emocional y cognitivo del bebé. Es crucial que la madre reciba apoyo profesional y una red de soporte.
El abandono personal es común en madres recientes, quienes a menudo no tienen tiempo para cuidarse. Esto puede crear un círculo vicioso de depresión, falta de sueño y mala alimentación. La presión externa para ser una ‘buena madre’ puede aumentar el estrés. Es importante que la madre defina su propio estilo de maternidad y se permita tiempo para sí misma.
Atender la parte cognitiva es clave, separando lo que se espera de lo que realmente quiere hacer. La autocompasión y la reducción de exigencias son esenciales. Permitirse tiempo sin el bebé es saludable tanto para la madre como para el niño.
Imagen: ABC