El ámbito laboral es uno de los escenarios en el que más tiempo pasa un adulto durante su vida. Para tener un buen ambiente de trabajo, es importante que los jefes cuenten con inteligencia emocional. Daniel Goleman, psicólogo formado en Harvard, señala tres hábitos que un buen jefe evita si tiene suficiente inteligencia emocional: regañar en público, ser muy perfeccionista y tener discusiones innecesarias. Estos comportamientos pueden dañar la moral de los empleados y frenar el crecimiento de un buen líder. Un jefe que regaña en público aleja al empleado y puede generar violencia en el lugar de trabajo. Ser perfeccionista sin dar retroalimentación positiva puede bajar la moral de los empleados. Tener discusiones constantes sin llegar a acuerdos puede hacer que los empleados sientan que sus opiniones no se valoran. Para mejorar el ambiente laboral, es importante identificar a un jefe con baja inteligencia emocional y buscar soluciones desde la inteligencia emocional y la positividad.
Imagen | ILUSTRACIÓN: Jorge González Navarro