A la hora de afrontar la jubilación, existen muchos mecanismos financieros que permiten monetizar tu vivienda y mejorar tu pensión. Estas fórmulas permiten mantener el nivel económico después de la jubilación, accediendo a ingresos complementarios. Opciones como la nuda propiedad o la hipoteca inversa permiten mantener, además, el uso y disfrute de tu vivienda.
Sin embargo, existen otros contratos con los que podrás aumentar el importe total de tu pensión de jubilación. Es el caso del anticipo del alquiler, un contrato que permite la cesión de los derechos de alquiler de la vivienda en propiedad a un tercero durante un periodo de tiempo determinado.
Este mecanismo consiste en que el jubilado cede el uso de su propiedad a una entidad o a un particular por un período determinado, a cambio de recibir una cantidad de dinero acordada de forma anticipada. Esta suma puede entregarse en un único pago o en pagos periódicos, y está destinada a complementar la pensión que reciben. En este caso, el propietario siempre mantendrá la titularidad de la vivienda, ya que su cesión solo incluye su explotación en régimen de alquiler.
El funcionamiento del anticipo de alquiler se basa en un contrato entre el propietario y el arrendatario, donde se estipulan las condiciones, el tiempo de alquiler y el monto a recibir. Una vez finalizado el período acordado, el jubilado recupera la plena disponibilidad de su vivienda. Esta opción se presenta como una alternativa para aquellos jubilados que buscan mejorar su situación económica aprovechando un activo inmobiliario, sin perder la propiedad del mismo.
La entidad financiadora proporcionará al jubilado la liquidez necesaria para asumir los costes de la residencia geriátrica a cambio del uso y disfrute de su vivienda en propiedad. De esta forma, el jubilado deberá abandonar su vivienda y trasladarse a una residencia, pero se trata de un mecanismo temporal y revocable.
Al fallecimiento de la persona propietaria, sus herederos podrán saldar la deuda acumulada de dos maneras: amortizando directamente la suma de la deuda o permitiendo al inversor explotar el alquiler hasta que la deuda quede saldada.
A nivel fiscal, los ingresos netos generados por el alquiler de una propiedad se consideran rendimientos del capital inmobiliario, y como tales, deben ser incluidos en la declaración del IRPF. Por tanto, en el caso de optar por el anticipo del alquiler, deberá declarar las ganancias obtenidas a la Agencia Tributaria.
Las personas en situación de dependencia pueden beneficiarse de reducciones en los aranceles notariales y en los costos asociados al registro de la propiedad. Además, se establece una exención del impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados. Esta exención alivia de ciertos pagos fiscales a las operaciones de trasmisión de propiedades o la formalización de actos jurídicos que se documenten, favoreciendo así las condiciones económicas de quienes realicen este tipo de transacciones.
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