Los eructos y los gases intestinales, acompañados de distensión, dolor o hinchazón del abdomen, pueden interferir en las actividades cotidianas. En muchas ocasiones, estos malestares no suelen indicar una afección grave y desaparecen con simples cambios en el estilo de vida. Una opción natural para deshacerse de estos problemas gastrointestinales es el uso de plantas medicinales, como el hinojo.
El hinojo, cuyo nombre científico es Foeniculum vulgare, es una hierba perenne nativa del Mediterráneo. Esta planta medicinal se cultiva fácilmente en suelos alcalinos y muy soleados. Está compuesta por azúcares, cumarinas, aceite esencial con anetol, estragol, limoneno, fencona, pineno y fitosteroles, que le otorgan sus propiedades medicinales.
Para su uso medicinal, se utiliza prácticamente toda la planta del hinojo, a excepción de la raíz, y su consumo regularmente es oral a través de una infusión. Aunque es segura para el consumo humano, se debe evitar en niños, mujeres embarazadas y personas con enfermedades hepáticas.
El hinojo se caracteriza por sus propiedades ante malestares gastrointestinales. Es eficaz para eliminar eructos, gases intestinales, espasmos estomacales e intestinales. Además, favorece la digestión y la bilis, combate el cólico biliar y provoca la menstruación.
Para su consumo, se recomienda preparar una infusión con litro y medio de agua y nueve gramos de la planta de hinojo, hervir durante cinco minutos, colar y beber cuatro vasos al día por 15 días.
Aparte de los beneficios gastrointestinales, el hinojo tiene propiedades antimicóticas y analgésicas. También se emplea para eliminar toxinas, aliviar dolores de cabeza, mejorar la producción de leche materna y reducir la presión arterial. Además, es expectorante, lo que significa que ayuda a expulsar las secreciones bronquiales acumuladas.
Para evitar los eructos, se recomienda comer y beber despacio, evitar bebidas carbonatadas, chicles y pastillas, no fumar, caminar después de comer y tratar la acidez estomacal. Para evitar los gases, se recomienda eliminar ciertos alimentos como frijoles, guisantes, lentejas, repollo, cebollas, brócoli, coliflor, alimentos integrales, hongos, ciertas frutas y cerveza, así como reducir temporalmente el consumo de alimentos con alto contenido de fibra.
Imagen: infobae