En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, Ignacio Basurte, director médico de Clínica López Ibor, destaca la importancia de que los padres estén atentos a las señales que pueden indicar problemas de salud mental en sus hijos. Cambios significativos en el comportamiento, como alteraciones en el estado de ánimo, cambios en los patrones de sueño o alimentación, y dificultades en el rendimiento escolar, son algunas de las señales a tener en cuenta.
Basurte enfatiza que la clave está en la persistencia de estos cambios y su impacto en la vida diaria del niño. Si los padres detectan alguna de estas señales, es fundamental abrir un canal de comunicación y escuchar sin juzgar. En caso de que los síntomas persistan, se recomienda buscar la ayuda de un profesional de salud mental.
Los problemas de salud mental pueden manifestarse más claramente en la preadolescencia y adolescencia, un periodo de grandes cambios. La depresión, por ejemplo, se caracteriza por una tristeza profunda y persistente que afecta el funcionamiento diario. Es crucial no minimizar los síntomas, ya que esto puede contribuir al deterioro de la salud mental del niño.
La prevención es clave. Fomentar un ambiente familiar donde la comunicación abierta y el apoyo emocional sean prioritarios puede marcar la diferencia. Además, es importante enseñar a los niños a manejar el estrés y las emociones de forma saludable.
María Delgado, coordinadora de Protección al Menor y Bienestar en CEM, también resalta la importancia de establecer hábitos saludables, crear entornos seguros y afectivos, y fomentar la autoestima. La comunicación y la gestión emocional son herramientas esenciales para el desarrollo emocional de los niños.
En resumen, la detección temprana y la intervención adecuada son fundamentales para garantizar el bienestar emocional de los niños y adolescentes. Los padres deben estar atentos a las señales y fomentar un ambiente de apoyo y comprensión.
Imagen: ABC