El mercado de alquiler en España se ha vuelto cada vez más competitivo y exigente, lo que ha llevado a algunos inquilinos a recurrir a prácticas ilícitas para conseguir una vivienda. Ante la alta demanda y la escasez de oferta, los propietarios están poniendo requisitos cada vez más estrictos para seleccionar a sus inquilinos, como avales extra, seguros de impago y demostración de solvencia económica.
Ante esta situación, algunos aspirantes están optando por falsificar documentación para mostrar una situación laboral más favorable y resultar más atractivos a los ojos de los caseros. Esta práctica, aunque ilegal, está en aumento y ha generado un lucrativo negocio de personas que se dedican a preparar documentación falsa a demanda.
Según algunos indicadores, alrededor del 10% de la documentación presentada por los inquilinos para demostrar su solvencia es falsa o está alterada. Además, se ha observado un aumento en las nóminas y vidas laborales “maquilladas”, ya que los inquilinos saben que hay poca disponibilidad de viviendas y muchos candidatos compitiendo por ellas.
La falsificación de documentos no es sorprendente, ya que las condiciones impuestas por los propietarios se han vuelto más duras y modificar una nómina o contrato no requiere mucha logística. Sin embargo, esta práctica conlleva riesgos legales, ya que constituye un delito que puede acarrear penas de prisión y multas.
Ante esta situación, las agencias inmobiliarias están tomando medidas para detectar este tipo de engaños, como solicitar más documentación o consultar con la compañía en la que trabaja el inquilino. Además, es importante destacar que si un propietario o una compañía aseguradora aceptan un contrato de alquiler basado en documentos falsos, corren el riesgo de firmar un contrato nulo.
En resumen, el mercado de alquiler en España se ha vuelto altamente competitivo y exigente, lo que ha llevado a algunos inquilinos a recurrir a la falsificación de documentos para conseguir una vivienda. Sin embargo, esta práctica ilegal conlleva riesgos legales y puede resultar en penas de prisión y multas. Las agencias inmobiliarias están tomando medidas para detectar este tipo de engaños, y es importante que los propietarios y las compañías aseguradoras verifiquen la autenticidad de la documentación presentada por los inquilinos.
Imagen: Ján Jakub Naništa (Unsplash)
