Cuando se cobra una pensión del sistema público de la Seguridad Social y se desea cambiar de residencia a otro país, surgen muchas dudas. La principal pregunta es si se dejará de cobrar la pensión. La respuesta es que no necesariamente. La situación varía según el tipo de pensión y la decisión final la toma la Seguridad Social tras comunicar el cambio de residencia.
Las pensiones contributivas, que se otorgan tras cotizar un mínimo de años, se pueden cobrar en el extranjero. Sin embargo, si se tiene un complemento de mínimos, este se retira al residir fuera de España. Las pensiones de invalidez o incapacidad también se pueden recibir desde el extranjero, pero con ciertas condiciones. Por ejemplo, la pensión de incapacidad permanente se reduce si el beneficiario tiene menos de 55 años y no reside en España.
La pensión de jubilación contributiva también se puede cobrar en el extranjero, pero sin complementos adicionales. Es necesario enviar anualmente una Fe de vida, un documento oficial que certifica que el pensionista sigue vivo. Este documento debe ser sellado por un organismo público del país de residencia o por la Embajada de España.
En cuanto a las pensiones no contributivas, estas no se pueden cobrar fuera de España. Ejemplos de estas pensiones son las prestaciones por desempleo y el subsidio para mayores de 52 años, que requieren residencia en España. Incluso para salidas temporales, como vacaciones, es necesario informar a la Seguridad Social.
Imagen: Michael Schwarzenberger
