El 1 de octubre de 2024, Claudia Sheinbaum hizo historia al convertirse en la primera mujer presidenta de México. Su investidura, celebrada en la Cámara de Diputados, marcó un nuevo horizonte para el país, especialmente en el ámbito energético. En su discurso, Sheinbaum destacó su compromiso con la transición hacia energías renovables, un pilar fundamental de su mandato.
La nueva presidenta anunció que presentará un Plan Nacional de Energía, que incluirá inversiones en energías limpias y un enfoque en la reducción de gases de efecto invernadero. A pesar de su compromiso con la sostenibilidad, Sheinbaum aseguró que Pemex y la CFE seguirán siendo actores clave en el sector energético, manteniendo la soberanía y el acceso a energía asequible.
Claudia Sheinbaum, ingeniera en energía y experta en energías renovables, ha dedicado su vida a la investigación en este campo. Su trayectoria incluye un doctorado en Ingeniería Energética y una participación activa en proyectos sobre energía solar y cambio climático. Durante su carrera, ha publicado numerosos artículos sobre el uso de energías limpias y ha sido pionera en el estudio de los impactos ambientales de las tecnologías energéticas en México.
Sin embargo, su llegada a la presidencia plantea interrogantes sobre cómo manejará el legado de Andrés Manuel López Obrador, quien priorizó la soberanía petrolera y la producción de hidrocarburos. Aunque Sheinbaum ha manifestado su intención de continuar con la producción de petróleo, su enfoque será más moderado, limitando la producción y priorizando la transición hacia fuentes limpias como la solar y la eólica.
La transición energética que propone Sheinbaum es un desafío complejo. Deberá equilibrar la fortaleza de Pemex y la CFE con la necesidad de avanzar hacia una matriz energética más sostenible. Además, enfrentará retos ambientales y de dependencia a largo plazo, así como problemas hídricos y de contaminación del aire en el país. La ciencia y la experiencia de la presidenta serán cruciales para abordar estos desafíos.