Las tierras raras se han convertido en un elemento vital en la cadena de suministro global. Son esenciales para industrias como la del coche eléctrico, la tecnología y la aeroespacial. Aunque existen depósitos en diversas partes del mundo, China lidera la extracción y el procesado de estos minerales. Recientemente, se ha descubierto un nuevo yacimiento en Sichuan, que añade casi cinco millones de toneladas a sus reservas.
La China Rare Earth Group, formada por la fusión de tres grandes empresas, ha incrementado su producción en un 5,9% y la fundición en un 4,2% en el último año. Este aumento se traduce en 270.000 y 254.000 toneladas, respectivamente. La capacidad de China para procesar tierras raras, junto con un control medioambiental más laxo que en Occidente, le permite mantener su dominio en el mercado.
El nuevo yacimiento en la prefectura Yu de Liangshan es crucial para el desarrollo tecnológico del país, incluyendo vehículos eléctricos y armamento. A medida que la competencia internacional se intensifica, China busca salvaguardar sus recursos y controlar el mercado. Aunque Occidente intenta reducir su dependencia de las tierras raras chinas, el gigante asiático sigue siendo un actor clave, controlando tanto las exportaciones como los precios.
En resumen, el descubrimiento en Sichuan refuerza la posición de China en el sector de las tierras raras, lo que podría complicar aún más los esfuerzos de otros países por diversificar sus fuentes de suministro.
Imagen: Johannes Plenio, Tom Fisk