En China, algunas ciudades utilizan una ventosa con GPS para multar a los conductores que aparcan mal. Esta ventosa se adhiere a la puerta del coche y especifica que ha sido pegada por un mal estacionamiento, pidiendo una actitud cívica. La multa aumenta con el tiempo y se retira una vez pagada. China ha utilizado humillaciones públicas como castigo durante la pandemia de Covid-19. Aunque no se sabe cuántas ciudades aplican este método, es una estrategia efectiva para controlar los estacionamientos ilegales.
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