La relación entre Estados Unidos y China ha cambiado drásticamente en la última década, incluyendo el ámbito científico. A pesar de las restricciones impuestas por Estados Unidos en la colaboración espacial con China, la NASA ha abierto una vía de colaboración excepcional con la administración espacial china para solicitar muestras de regolito y rocas lunares recolectadas por la misión Chang’e-5. Estas muestras provienen de regiones de la Luna que aún no han sido estudiadas por la NASA y se espera que proporcionen nuevos y valiosos resultados científicos sobre la historia geológica de la Luna. Aunque no está confirmado que China vaya a enviar las muestras a la NASA, esta colaboración sería una clara victoria diplomática y de relaciones públicas para ambos países. Además, podría abrir la puerta a una colaboración a largo plazo entre las agencias espaciales. La NASA ya descartó un intercambio de muestras en 2021, pero Estados Unidos tiene una gran cantidad de muestras de las misiones Apolo para negociar. Sin embargo, la colaboración a largo plazo dependerá de la transparencia de China en sus acciones. A pesar de las tensiones entre ambos países, esta colaboración sería provechosa para la NASA, ya que el programa espacial chino está en constante crecimiento y tiene planes de recuperar muestras de la cara oculta de la Luna en 2024 con la misión Chang’e-6.