Esta semana, miles de delegados de toda China se reúnen en Beijing para las ‘dos sesiones’, el evento político anual más importante del país. Los líderes chinos presentarán sus planes para dirigir la segunda mayor economía del mundo y disipar las preocupaciones sobre los retos a los que se enfrenta. La reunión adquiere mayor importancia este año debido a la crisis inmobiliaria, la deuda de los gobiernos locales, la deflación y las fricciones tecnológicas con Estados Unidos. El líder chino, Xi Jinping, buscará proyectar confianza durante el evento. Sin embargo, la supresión de la rueda de prensa de clausura con el primer ministro chino y la reducción de la duración de la reunión legislativa han generado preocupaciones sobre la transparencia en la elaboración de políticas. A pesar de los desafíos económicos y las críticas hacia el liderazgo de Xi, es poco probable que estos afecten su poder. Se espera que el gobierno anuncie medidas tácticas para impulsar la confianza a corto plazo en la economía, pero sin cambiar la estrategia de desarrollo dirigido por el Estado. Los analistas esperan que el objetivo de crecimiento económico para 2024 sea de alrededor del 5%. Aunque los problemas económicos erosionan la confianza popular, Xi se preocupa más por el control de la élite que por la aprobación popular. La reunión también será seguida de cerca por los mercados y por los observadores internacionales, especialmente en un año en el que las elecciones presidenciales estadounidenses podrían tensar aún más la relación entre las dos mayores economías del mundo.
Imagen: CNN