China ha alcanzado un logro sin precedentes en la exploración espacial con el regreso exitoso de la sonda Chang’e-6, que ha traído las primeras muestras de la cara oculta de la Luna. Este hito se logró tras una serie de maniobras meticulosas, culminando con un aterrizaje perfecto en el desierto de Mongolia Interior. Las muestras han sido transportadas a Pekín para su análisis, marcando un avance significativo en la investigación lunar.
La misión, que duró 53 días, comenzó el 3 de mayo y superó varias etapas críticas, incluyendo la transferencia Tierra-Luna y el aterrizaje en el Polo Sur lunar. El satélite Queqiao-2 jugó un papel crucial en la comunicación con la cuenca Aitken, permitiendo la recolección de muestras con un brazo robótico y un taladro. El módulo de ascenso despegó de la Luna y se acopló con el orbitador de retorno, culminando con el aterrizaje de las muestras en China.
La Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) ha demostrado su capacidad con misiones anteriores como Chang’e-1, Chang’e-2, Chang’e-3, Chang’e-4 y Chang’e-5. La misión Chang’e-6 también incluyó colaboraciones internacionales, transportando cargas útiles de socios como Pakistán, Suecia, Francia e Italia. Las muestras de la cara oculta de la Luna son de gran valor científico, ya que pueden proporcionar información crucial sobre la formación y evolución lunar.
China planea continuar su exploración lunar con futuras misiones como Chang’e-7 y Chang’e-8, enfocadas en la búsqueda de recursos y la construcción de una base lunar. El satélite Queqiao-2 seguirá recopilando datos del espacio profundo, consolidando a China como un líder en la carrera espacial.
Imagen: CNSA, Xinhua
