China ha encendido el interruptor de la mayor planta fotovoltaica del mundo, ubicada en el desierto cercano a Urumqi, la capital de la región de Xinjiang. Esta colosal instalación cubre un área de 81.000 hectáreas, equivalente a la ciudad de Nueva York, y es capaz de generar 6,09 GW al año, suficiente para alimentar países como Luxemburgo.
La región de Xinjiang, con una población dispersa y abundantes recursos para energías renovables, es un emplazamiento estratégico. La energía generada se conduce a los densos núcleos de población en la costa este de China. Según la Administración Nacional de Energía de China, la capacidad de generación eléctrica del país creció un 55,2% respecto a 2022, gracias a los 216 GW generados por nuevas plantas.
Esta nueva planta duplica la capacidad de las anteriores más grandes del mundo, también situadas en China, como Longyuan y Qinhai, que contaban con 3 GW cada una. China sigue siendo la referencia en plantas fotovoltaicas, con una capacidad total de 386.875 MW en 2023, 13 veces más que España, que generó 29.271 MW.
Imagen: Antonio García