Ante la grave sequía que afecta a Cataluña, la Generalitat ha propuesto un plan pionero de cortar árboles en las cabeceras de los ríos para aumentar el flujo de agua hacia los embalses. Aunque ha generado controversia, se argumenta que se trata de intervenir en zonas de pastoreo abandonadas y no en bosques consolidados. Esta medida busca prevenir incendios y revitalizar los bosques. Sin embargo, los ecologistas e investigadores plantean preocupaciones sobre la erosión del terreno, la colmatación de los pantanos y el impacto en los acuíferos. Además, se plantea el conflicto de interés al vincular la gestión de los bosques con los intereses de las ciudades. A pesar de las incertidumbres, esta iniciativa refleja la urgencia de abordar la sequía y tomar medidas para garantizar el suministro de agua a largo plazo.
Imagen: Alfons Morales