En Cantabria, el bosque de secuoyas de Cabezón de la Sal se enfrenta a un grave problema debido al turismo masivo. Este hermoso paraje, que atrae a más de 200.000 visitantes al año, ha visto un aumento en el deterioro de sus árboles. Muchos turistas, en su afán por capturar el mejor selfie, dañan las raíces y la corteza de las secuoyas. Ante esta situación, el Ayuntamiento ha decidido implementar controles de acceso para regular la afluencia de visitantes.
El alcalde, Óscar López, ha propuesto que los turistas deban reservar su visita con antelación, especialmente durante los periodos de mayor afluencia, como Semana Santa y los fines de semana de verano. Aunque no se cobrará por la reserva, esta medida busca limitar el número de personas que acceden al bosque, que actualmente puede recibir hasta 800 visitantes en un solo día.
Ecologistas en Acción ha alertado sobre el deterioro del bosque, señalando que las pisadas han afectado la cubierta vegetal y expuesto las raíces. Además, los troncos presentan daños visibles debido a la acción de los turistas. Para abordar esta problemática, la ONG ha presentado propuestas al Gobierno regional, incluyendo la instalación de carteles informativos y vallas protectoras.
El bosque de secuoyas, que abarca 2,5 hectáreas y alberga alrededor de 850 árboles, es considerado un Monumento Natural desde hace más de 20 años. Para garantizar su conservación, el Ayuntamiento de Cabezón de la Sal está tomando medidas similares a las implementadas en otros lugares turísticos, como la Playa de las Catedrales en Ribadeo. La protección de este entorno natural es esencial para preservar su belleza y biodiversidad.
Imagen: Rubén Díaz Caviedes (Flickr) 1 y 2 y Ecologistas en Acción
