Nuestro cuerpo está compuesto por un 60% de agua y dependemos de este líquido para transportar nutrientes, regular nuestra temperatura y mantener la estructura celular. La falta de hidratación puede afectar negativamente a la concentración y la memoria. Además, el consumo de agua aumenta el metabolismo y provoca un efecto saciante, lo que ayuda a reducir la ingesta calórica. Reemplazar bebidas azucaradas por agua puede evitar aumentar los niveles de glucosa en sangre y reducir el riesgo de desarrollar hiperglucemia.
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