La apnea obstructiva del sueño es un trastorno común que afecta a millones de personas en todo el mundo. En España, se estima que entre dos y tres millones de personas padecen este trastorno, pero solo una pequeña parte está diagnosticada y recibe tratamiento. La apnea del sueño se produce cuando las vías respiratorias se obstruyen durante el sueño, lo que provoca ronquidos, pausas respiratorias y una disminución en la calidad del sueño. Esto puede llevar a somnolencia diurna, cansancio e incluso aumentar el riesgo de accidentes. A largo plazo, la apnea del sueño puede tener consecuencias graves como enfermedades cardiovasculares, pérdida de memoria y depresión. Factores como el consumo de alcohol, el tabaquismo, una mala alimentación y el sobrepeso pueden empeorar el trastorno. Los hombres, las personas mayores y las personas con sobrepeso tienen un mayor riesgo de desarrollar apnea del sueño. Aunque la apnea del sueño no es hereditaria, los antecedentes familiares y los factores genéticos pueden aumentar el riesgo de padecerla. El tratamiento más común para la apnea del sueño es el uso de un dispositivo de presión positiva continua en la vía respiratoria (CPAP), que ayuda a mantener las vías respiratorias abiertas durante el sueño. Este tratamiento ha demostrado ser eficaz para reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Además, adoptar hábitos saludables como dormir de lado y perder peso también puede ayudar a controlar la apnea del sueño. Consultar a un médico y realizar pruebas de diagnóstico son pasos importantes para obtener un tratamiento adecuado.
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