Los alcaldes de Nueva York, Chicago y Denver están exigiendo a los operadores de autobuses que coordinen las llegadas de inmigrantes bajo amenaza de confiscaciones, multas e incluso penas de cárcel. El alcalde de Nueva York, Eric Adams, firmó un decreto que exige que los autobuses chárter cumplan con las directrices de la ciudad. Los alcaldes también están pidiendo apoyo federal adicional para gestionar la afluencia de migrantes, calificándola de una crisis humanitaria nacional. Las entregas de migrantes no planificadas están causando problemas en las ciudades y los alcaldes están implementando sanciones más estrictas para disuadir a las empresas de autobuses de incumplir los protocolos. Además, están solicitando que se eliminen las reglas de estadía en refugios de 30 y 60 días para permitir que los recién llegados construyan una vida estable. El Congreso también se insta a tomar medidas para resolver esta crisis.
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