Airbnb ha prohibido oficialmente el uso de cámaras de seguridad en el interior de sus alojamientos. Los anfitriones tienen hasta el 30 de abril para retirar las cámaras de pasillos y otros espacios interiores. Las cámaras de seguridad exteriores y en los telefonillos de las puertas de entrada seguirán permitidas. Esta decisión ha generado controversia entre anfitriones y huéspedes, ya que algunos consideran que las cámaras son necesarias para mantener la seguridad y responsabilizar a los huéspedes de posibles daños, mientras que otros se sienten vigilados y preocupados por su privacidad.
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