Google ha decidido dar un golpe duro a sus usuarios al eliminar el Chromecast, un dispositivo que revolucionó la forma de ver televisión. Desde su lanzamiento en 2013, el Chromecast se convirtió en un accesorio esencial para disfrutar de contenido en streaming desde nuestros smartphones. Sin embargo, con la llegada de los nuevos Google TV Streamer (4K), la compañía ha optado por descontinuar la producción de este popular dongle HDMI.
El Chromecast original y sus sucesores, aunque limitados, ofrecían una experiencia de usuario excepcional. La llegada del Chromecast con Google TV (4K) en 2020 marcó un hito, al incluir un mando a distancia y permitir una mayor independencia del móvil. A pesar de su precio, este dispositivo se convirtió en una opción preferida para muchos usuarios.
La decisión de Google de matar al Chromecast se enmarca en una tendencia más amplia de lo que se ha denominado ‘mierdificación de la tecnología’. Este término, acuñado por Cory Doctorow, describe cómo los productos inicialmente buenos para los usuarios se convierten en opciones que priorizan el beneficio empresarial a expensas de la experiencia del consumidor.
El nuevo Google TV Streamer (4K) se presenta como un producto más caro y con características mejoradas, pero muchos se preguntan si realmente justifica su precio. Con un procesador más potente y soporte para 4K HDR, el dispositivo busca competir con alternativas como el Apple TV 4K y el Amazon Fire TV Cube. Sin embargo, la falta de soporte Wi-Fi 6 y un precio elevado generan dudas sobre su atractivo a largo plazo.
En resumen, la eliminación del Chromecast representa una pérdida significativa para los usuarios que valoraban la accesibilidad y la simplicidad. Google ha optado por un enfoque más lucrativo, dejando atrás un producto que había ganado el corazón de muchos. La pregunta que queda es: ¿realmente necesitamos un dispositivo más caro cuando el anterior cumplía perfectamente su función?