El aceite de oliva sin filtrar, también conocido como aceite en rama, presenta un aspecto verdoso y una consistencia más densa. Aunque no es mejor ni peor que el aceite filtrado, tiene un sabor, aroma y textura distintos que pueden gustar más al paladar. Es importante tener en cuenta que este tipo de aceite es más delicado y se estropea más rápidamente debido a los compuestos sólidos que contiene. Por lo tanto, debe almacenarse correctamente y su conservación es más corta, de unos seis meses máximo. No se recomienda usarlo para cocinar a altas temperaturas, pero es perfecto para consumir en crudo y disfrutar de su aroma y propiedades. Puede utilizarse en tostadas, ensaladas, cremas y salsas. Además, marida muy bien con chocolate negro y sal en escamas. La decisión de elegir aceite sin filtrar o filtrado depende de las preferencias personales y del gusto de cada consumidor. Es importante tener en cuenta que el aceite sin filtrar tiene un mayor contenido inicial de fenoles hidrosolubles, pero el aceite filtrado cuenta con más antioxidantes y vitaminas desde el principio. En resumen, el aceite de oliva sin filtrar es una opción gourmet que puede ofrecer una experiencia sensorial diferente en la cocina, pero requiere un cuidado especial y debe consumirse en un plazo más corto.